¡No! ¿Cómo va a ser ese, joder? El de la chupa de cuero y los pantalones de cuadros, ese morenazo de rizos... Anda... entra y llévame contigo...
Desde luego, a ti te va lo duro, ¿eh cariño? No me extraña que hayas acabado aquí.
¿Y tú? ¿Tú que te crees que un día de estos te van a llevar a un escaparate de Dior? Por favor... Además, ¿qué tiene de malo esto?
Nada. Salvo que es una tienda leather de tres al cuarto con aspiraciones pero para cuatro pelaos. ¡Un quiero y no puedo!
Pues yo estoy encantada. Mucho más animado que antes, cuando pasé un par de años en las galerías aquellas, las de segunda mano en Ahornstrasse... ¿Cómo se llamaban?
¿La Pulga Gris?
¡Qué memoria tía! ¡Eres un puto mac!
Unas tienen labios, otras tenemos cerebro.
Ah, claro. Tú eres mucho mejor. Me parece que a ti tampoco te gustaba tu vida, pero la señorita Berta, o mejor, el señorito Hans, no paró hasta que le cambiaron las cejas y le pusieron sujetadores con relleno. ¡Oiga, cuarto y mitad de tetas!
Por favor... ¿Os queréis callar? ¡Estoy tratando de hacer un ejercicio de telequinesis que vi ayer con esa papelera y no hay forma de concentrarse!
¡Venga, la mística! ¡Ya estamos todas!
¿Que viste ayer dónde? ¡Si no te has movido de aquí hace tres meses!
¡Lo leí en una revista!
¿Sí? Ah, claro. Igual saliste al kiosco un momento que me agaché a subirme las medias y me despisté...
¡Jaaaaajaja! ¡O cuando te sentaste en el suelo para cambiarte los zapatos por las zapatillas de casa!
¡Lo leí por encima del hombro en la revista de una chica que estuvo ayer apoyada en el escaparate! ¡Que todo hay que explicároslo!
¿La gótica?
¿La que se pasó media hora esperando y no vino nadie?
Normal, yo si hubiese podido hasta me habría ido de aquí por no verle. ¡Qué raíces, dios!
Pero qué mal karma tenéis... No me extraña que no os pase nada bueno...
Nos ha tocado compartir escaparate contigo... ¡No te digo más!
A palabras necias, oídos sordos. Voy a concentrarme en la energía positiva de ese árbol.
¿El sauce?
¿El sauce que han meado tres perros en lo que llevamos de día?
¿El sauce que van a talar para construir un parking debajo?
¡No lo van a talar! ¿No habéis visto los carteles que han puesto en el videoclub de enfrente los del grupo ecologista? ¡Bah! Seguro que no sabéis ni leer...
Chss-chss, cuidadito, que aquí la macarra, la que me echa en cara que quiera el futuro digno que me merezco en Dior, tiene un pasado que no te imaginas. ¡Cuéntale a la mística, Berta!
Sí, bueno... Al principio estaba en una tienda de diseño muy chula... Ya sabes, pijos, modernos, lo típico. Al lado tenía siempre montones de revistas de arquitectura, fotografía, moda... ese rollo. Y un sofá donde la gente se sentaba a hojearlas. Así conozco, por ejemplo, lo que hace Gehry...
¿Quién es ese Gerhy?
Un arquitecto muy famoso. Hizo el Guggenheim de Bilbao. Es como un barco de titanio al lado de un río.
¿El barco navega por el río?
¡Joder! ¡Es un museo! ¿Cómo va a navegar?
Oye, que hay barcos-museo donde suben niños a aprender cosas de navegación.
¿Y tú de dónde te has sacado eso?
Antes, cuando era hombre, estuve en una tienda de sombreros de caballero, guantes, botas de...
Mírala, como para ir a la caza del zorro en Inglaterra...
Calla, y la tienda estaba al lado de un colegio. Un día escuché a unos profesores hablando de que se los iban a llevar de excursión en barco por el Spree.
¡Eso te gustaría, mística! ¡Ahí verías un montón de árboles para chuparles la energía!
Me llamo Ulrika y... ¡Bah! A ti han debido de chuparte el cerebro. O igual se te ha escapado por esa raja que tienes en el cuello...
Cuidado, que esta es una herida de guerra.
¿Ah, sí? ¿Dónde te la hiciste?
¡En el lado oscuro! ¡A ti te lo voy a contar!
Uffff... Señor, dame más si más merezco.
Vamos, Berta... No te pongas tan a la defensiva con la mística... No es mala persona...
¡Pues nada! Que cuando rediseñaron la tienda aquella pija, me dejaron al lado de un contenedor y dos borrachos me agarraron, hicieron el cerdo todo lo que quisieron y después me cogieron de los tobillos y me golpearon contra el bordillo!
Pobre... Te partiste el cuello...
¡De cuajo!
¿Y se te fue muy lejos la cabeza?
¡Imagínate!
¡Mira! ¡Vuelve tu hombre! El de la chupa de cuero y los pantalones de cuadros...
¡¡Genial, Maite!!
ResponderEliminarY es que si los maniquíes hablasen....
Un abrazo guapa y millón de...
Besos desde Estella.