sábado, 29 de octubre de 2011

El chico

David Rodríguez


¡Chico! ¡El periódico! ¡Vamos, vamos, más rápido! ¡No tengo todo el día para ti!
Vete al puesto de la esquina y tráeme una bolsa de cacahuetes. Toma. Cuidado con abrirla por el camino, ¿eh? Que aún no ha nacido el listo que engañe a Jamie Stewart...
¿Ves aquel árbol? ¿Cuál va a ser? ¡El sauce, sí! Si vas hasta allí con los ojos cerrados y vuelves antes de que el semáforo se ponga en rojo, te doy tres chelines. ¡Sin trampas, que me parece que este ha salido como su difunto padre! Que parecía tonto, ¡pero cuidao!
¡Eh, chico! Toma, quiero un paquete de tabaco de liar y una cerveza del bar de Tony. Y la cerveza la quiero fresca, no te entretengas.
Mira, Jim. Aquella mujer, la rubia que está sentada en el escalón fumando un cigarrillo. Acércate y pregúntale cuánto. Bueno, igual no hace falta que se lo preguntes, tu madre ya te habrá dicho lo que cuesta... ¡¡Jaaaajajajaja!!

Jim... Anda, ven con la abuela. Tengo la cena preparada en casa. Había salido a buscarte.

¿Abuela? ¿Desde cuándo tienes tú una abuela? 

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