
¿Y todo esto para qué? Para obligarme a reconocer que los banqueros tienen razón. Sale sarpullido sólo con pensarlo, pero al César, lo que es del César. ¡En tiempos de crisis, valores seguros! Es lo único que funciona con garantía. Así que, a pesar de que una es más de impares, para este 2012 que nace, pobre, casi asfixiado y envuelto en el paño de luto con que lo abrigan todos los agoreros económicos, incluidos los que casi lo han matado, olvidémonos de lo accesorio. Y quedémonos con lo que nos mantiene vivos, el amor, el sexo, los amigos, las amigas, la familia, el cariño de toda la gente que sabe estar cuando se la necesita, las risas, los buenos libros, las pelis, los vinos, las cenas... Lo que nos alimenta. Y devolvámoslo también.
Yo os regalo algo robado. Un juego que propone Albert Espinosa en su último libro. Consiste en que cuando uno se encuentra naufragando en plena crisis personal, profesional, sentimental o existencial, hay que salir del mundo, buscarse alguien con quien poder hablar de todo o de nada, según lo que venga bien en cada momento, tomar ese vino, leer ese libro y ver esa película, y cuando ya se ha conseguido ver qué fallaba en el mundo, en el que cada uno nos construimos alrededor, se puede volver ya un poco mejorado para tratar de mejorarlo. ¡Feliz 2012!