jueves, 29 de septiembre de 2011

¡Sacadme de aquí!

David Rodríguez

  • ¿Has visto a ese, Berta?
  • ¿Cuál? ¿El del culo carpeta?
  • ¡No! ¿Cómo va a ser ese, joder? El de la chupa de cuero y los pantalones de cuadros, ese morenazo de rizos... Anda... entra y llévame contigo...
  • Desde luego, a ti te va lo duro, ¿eh cariño? No me extraña que hayas acabado aquí.
  • ¿Y tú? ¿Tú que te crees que un día de estos te van a llevar a un escaparate de Dior? Por favor... Además, ¿qué tiene de malo esto?
  • Nada. Salvo que es una tienda leather de tres al cuarto con aspiraciones pero para cuatro pelaos. ¡Un quiero y no puedo!
  • Pues yo estoy encantada. Mucho más animado que antes, cuando pasé un par de años en las galerías aquellas, las de segunda mano en Ahornstrasse... ¿Cómo se llamaban?
  • ¿La Pulga Gris?
  • ¡Qué memoria tía! ¡Eres un puto mac!
  • Unas tienen labios, otras tenemos cerebro.
  • Ah, claro. Tú eres mucho mejor. Me parece que a ti tampoco te gustaba tu vida, pero la señorita Berta, o mejor, el señorito Hans, no paró hasta que le cambiaron las cejas y le pusieron sujetadores con relleno. ¡Oiga, cuarto y mitad de tetas!
  • Por favor... ¿Os queréis callar? ¡Estoy tratando de hacer un ejercicio de telequinesis que vi ayer con esa papelera y no hay forma de concentrarse!
  • ¡Venga, la mística! ¡Ya estamos todas!
  • ¿Que viste ayer dónde? ¡Si no te has movido de aquí hace tres meses!
  • ¡Lo leí en una revista!
  • ¿Sí? Ah, claro. Igual saliste al kiosco un momento que me agaché a subirme las medias y me despisté...
  • ¡Jaaaaajaja! ¡O cuando te sentaste en el suelo para cambiarte los zapatos por las zapatillas de casa!
  • ¡Lo leí por encima del hombro en la revista de una chica que estuvo ayer apoyada en el escaparate! ¡Que todo hay que explicároslo! 
  • ¿La gótica?
  • ¿La que se pasó media hora esperando y no vino nadie?
  • Normal, yo si hubiese podido hasta me habría ido de aquí por no verle. ¡Qué raíces, dios!
  • Pero qué mal karma tenéis... No me extraña que no os pase nada bueno...
  • Nos ha tocado compartir escaparate contigo... ¡No te digo más!
  • A palabras necias, oídos sordos. Voy a concentrarme en la energía positiva de ese árbol.
  • ¿El sauce?
  • ¿El sauce que han meado tres perros en lo que llevamos de día?
  • ¿El sauce que van a talar para construir un parking debajo?
  • ¡No lo van a talar! ¿No habéis visto los carteles que han puesto en el videoclub de enfrente los del grupo ecologista? ¡Bah! Seguro que no sabéis ni leer...
  • Chss-chss, cuidadito, que aquí la macarra, la que me echa en cara que quiera el futuro digno que me merezco en Dior, tiene un pasado que no te imaginas. ¡Cuéntale a la mística, Berta!
  • Sí, bueno... Al principio estaba en una tienda de diseño muy chula... Ya sabes, pijos, modernos, lo típico. Al lado tenía siempre montones de revistas de arquitectura, fotografía, moda... ese rollo. Y un sofá donde la gente se sentaba a hojearlas. Así conozco, por ejemplo, lo que hace Gehry...
  • ¿Quién es ese Gerhy?
  • Un arquitecto muy famoso. Hizo el Guggenheim de Bilbao. Es como un barco de titanio al lado de un río.
  • ¿El barco navega por el río?
  • ¡Joder! ¡Es un museo! ¿Cómo va a navegar?
  • Oye, que hay barcos-museo donde suben niños a aprender cosas de navegación.
  • ¿Y tú de dónde te has sacado eso? 
  • Antes, cuando era hombre, estuve en una tienda de sombreros de caballero, guantes, botas de...
  • Mírala, como para ir a la caza del zorro en Inglaterra...
  • Calla, y la tienda estaba al lado de un colegio. Un día escuché a unos profesores hablando de que se los iban a llevar de excursión en barco por el Spree.
  • ¡Eso te gustaría, mística! ¡Ahí verías un montón de árboles para chuparles la energía!
  • Me llamo Ulrika y... ¡Bah! A ti han debido de chuparte el cerebro. O igual se te ha escapado por esa raja que tienes en el cuello...
  • Cuidado, que esta es una herida de guerra. 
  • ¿Ah, sí? ¿Dónde te la hiciste?
  • ¡En el lado oscuro! ¡A ti te lo voy a contar!
  • Uffff... Señor, dame más si más merezco.
  • Vamos, Berta... No te pongas tan a la defensiva con la mística... No es mala persona...
  • ¡Pues nada! Que cuando rediseñaron la tienda aquella pija, me dejaron al lado de un contenedor y dos borrachos me agarraron, hicieron el cerdo todo lo que quisieron y después me cogieron de los tobillos y me golpearon contra el bordillo!
  • Pobre... Te partiste el cuello...
  • ¡De cuajo!
  • ¿Y se te fue muy lejos la cabeza?
  • ¡Imagínate! 
  • ¡Mira! ¡Vuelve tu hombre! El de la chupa de cuero y los pantalones de cuadros...
  • ¿Quién?

1 comentario:

  1. ¡¡Genial, Maite!!
    Y es que si los maniquíes hablasen....
    Un abrazo guapa y millón de...
    Besos desde Estella.

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